Al terminar el Acuerdo Stand By con el FMI en marzo de 2006, el gobierno del Presidente Evo Morales dejó de suscribir Acuerdos y Cartas de Intenciones con este organismo financiero internacional y por lo tanto dejó de subordinarse a las condicionalidades impuestas por esta institución en el pasado, en el marco de la denominada "cooperación financiera internacional".
Parte de la intromisión del FMI radicaba en la definición del Programa Fiscal-Financiero que comprendía el Programa Monetario del BCB. Para que dichos programas se ejecuten debían contar con la "bendición" de la institución citada en el marco de las numerosas Cartas de Intención y acuerdos que solían firmar las autoridades de los diferentes gobiernos neoliberales.
En lugar de estos acuerdos, desde 2006, el Ministerio de Economía y Finanzas Públicas conjuntamente todas las instituciones involucradas en la ejecución del Programa Financiero, elabora y ejecuta un Programa Fiscal-Financiero soberano, donde se establecen metas anuales de las principales variables macroeconómicas que son puestas a conocimiento del público en general, a inicios de cada año, cuando se suscribe con el Central de Bolivia (BCB), de manera pública, el Programa Anual.
El Programa Fiscal-Financiero permite coordinar las políticas monetaria, cambiaria, fiscal, de comercio exterior y de balanza de pagos para alcanzar los objetivos en las variables reales y de reducción de la pobreza, fijando metas cuantitativas con una medición trimestral, y adicionalmente mejorar y hacer transparente la interacción entre todas estas políticas.
A partir del 2006 y hasta el 2014 las metas del programa financiero fueron cumplidas y en algunos casos con amplios márgenes.
Es importante subrayar el nuevo rol que tiene el BCB a partir de la nueva Constitución Política del Estado, en cuya Cuarta Parte referida a la Estructura y Organización Económica del Estado, establece que el Estado, a través del Órgano Ejecutivo, determina- rá los objetivos de la política monetaria y cambiaria del país, en coordinación con el BCB, asignándole la función de "mantener la estabilidad del poder adquisitivo interno de la moneda, para contribuir al desarrollo económico y social", que se constituye en la modificación sustancial a la función del BCB. Es decir, el BCB dejó de ser una entidad eminentemente dedicada a la estabilidad de precios y el tipo de cambio, para convertirse en un actor estatal más que debe dirigir sus esfuerzos para el desarrollo económico y social.
Asimismo, se establece como atribuciones del BCB, siempre en coordinación con la política económica determinada por el Órgano Ejecutivo:
1. Determinar y ejecutar la política monetaria
2. Ejecutar la política cambiaria
3. Regular el sistema de pagos
4. Autorizar la emisión de la moneda
5. Administrar las reservas internacionales
En ese marco y haciendo una breve evaluación de la actuación del BCB, se puede afirmar que la inflación en el período 2006-2014, en términos generales, fue estable, dado el contexto internacional que se vivió en esa etapa.
Entre los años 2007 y 2008 el país registró una presión inflacionaria que alcanzó a cifras de dos dígitos. Estas inflaciones, tuvieron como causas principales la inflación internacional, principalmente en alimentos y combustibles, explicados en parte por la redirección de un fragmento de la producción agropecuaria a la producción de biocombustibles y al haberse introducido al juego especulativo de las bolsas de valores internacionales, particularmente los cereales como el trigo, el maíz y la soya vieron incrementados sus precios. También a nivel interno, en los años 2007 y 2008, contribuyeron a una mayor inflación los problemas climáticos con "El Nino" y "La Niña", y la presencia de expectativas inflacionarias que originaron conductas comerciales perversas de agio, ocultamiento, especulación y contrabando.
Superado ese período corto, claramente se advierte que en el país no se tuvieron problemas en contener las presiones inflacionarias, y en el resto de los años la inflación se mantuvo en niveles de un dígito. Esto es muy importante debido a que la política económica dentro del nuevo MESCP se dirigió a mantener la estabilidad económica y de precios para favorecer las condiciones del aumento de la demanda interna y del desarrollo económico y social en general.
Adicionalmente, es necesario comprender que los niveles de inflación observados en ese período se dieron en un marco de crecimiento promedio anual del PIB de 5,4%, expansión del PIB per cápita de 18,2%, disminución de la tasa de desempleo abierto de 7,7% en 2007 a 4,4% en 2008, aumento sustancial de la bolivianización y de un crecimiento extraordinario de las reservas internacionales (que presionaron sobre la emisión monetaria), además de los efectos de la nacionalización de los hidrocarburos y los resultados positivos en la cuenta corriente de la balanza de pagos.
En la vigencia del nuevo MESCP, la política monetaria se mantuvo en un esquema de metas intermedias de cantidad, fijando límites máximos al CIN y niveles mínimos de RIN. En el primer caso con el objetivo de que la oferta monetaria no genere presiones inflacionarias innecesarias y en el segundo caso, por la importancia de mantener un nivel adecuado de RIN en la economía para enfrentar cualquier contingencia internacional.
En este período el TGN no solicitó créditos de liquidez al BCB por su sólida posición fiscal, resultado de la nacionalización de los hidrocarburos en mayo de 2006, mejores recaudaciones tributarias y la prudente política en el gasto corriente. El déficit y el financiamiento interno registraron márgenes significativos, prescindiéndose inclusive de la contratación de mayor deuda pública externa.
Con la aplicación del nuevo MESCP, se registraron incrementos considerables de depósitos del Sector Público No Financiero (SPNF) en el Banco Central de Bolivia, por la mayor distribución de la renta hidrocarburífera a los gobiernos subnacionales y coparticipación tributaria, contribuyendo de esta manera indirectamente a la esterilización de excedentes de dinero en la economía sin costo para el BCB.
Las metas de RIN en el Programa Fiscal-Monetario fueron cumplidas con amplios márgenes por el crecimiento extraordinario de las reservas, que pasaron de $us1.714 millones en diciembre de 2005 a $us 14.353 millones en agosto de 2015.
El crecimiento de las RIN indujo al BCB a dinamizar sus OMAs y la colocación de títulos públicos, para reducir la liquidez tanto por la presión ejercida por el nivel de RIN como por aquella producida por la bolivianización de las transacciones económicas en el país y de esa manera evitar presiones inflacionarias.
Sin duda, el nivel de las reservas internacionales alcanzado, que le da una posición cómoda al país situándolo de lejos como el primero en la relación RIN/PIB respecto a los países de la región, ha contribuido para dar solvencia y solidez a nuestra moneda y ha facilitado el flujo de créditos externos hacia Bolivia.
Asimismo, concordante con los objetivos del nuevo MESCP, la política monetaria también se alineó al esfuerzo por bolivianizar la economía boliviana, con la emisión exclusiva de valores públicos en moneda nacional. Como se señaló líneas arriba, el TGN dejó de ofertar títulos en dólares desde diciembre de 2008 y el BCB desde octubre de 2011. También hubo una recomposición en la emisión de los títulos del BCB a mayores plazos.
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