Contrariamente a lo que piensan muchos economistas neoliberales, en los nueve años de aplicación del nuevo MESCP, en sólo dos años, 2006 y 2007, no se evidenciaron crisis en el contexto internacional. El resto de los años fueron de recurrente crisis internacional, que se manifestaron de diferentes maneras y tuvieron como consecuencia un deterioro en el nivel de crecimiento económico y del comercio mundial.
En el nuevo escenario mundial, es preciso indicar que la estructura económica mundial es bicéfala, por un lado, los Estados Unidos y la Zona del Euro y, por otro lado, las economías emergentes y en desarrollo, que son la China, India, Rusia, Sud África y Brasil. Los segundos tuvieron crecimientos muy importantes y no así los primeros, pero desde 2012, como se señaló en la Memoria de la Economía Boliviana (2012: 29) "el lánguido crecimiento de los países desarrollados incidió en el desempeño de las economías emergentes y en desarrollo, fundamentalmente por la caída de la demanda externa". Este comportamiento contradictorio se reflejó en los movimientos de los precios internacionales de los pro- ductos que exporta Bolivia, pues, a pesar de registrar un comportamiento ascendente desde 2003 hasta mediados de 2008, con los altibajos producto de la crisis financiera norteamericana, a partir de ese año hubo una mayor volatilidad internacional en el comportamiento de estos precios y luego se consolida la tendencia decreciente de los precios internacionales.
En América Latina la nueva tendencia de los precios internacionales de los commodities provocó una desaceleración económica desde el 2010, sin embargo, ésta no registró daños importantes en la economía boliviana, que mostró estar más preparada que el resto de los países para soportar esta caída de precios internacionales y el efecto contagio de la crisis internacional, no sólo por medidas de política económica que se adoptaron, sino sobre todo por el cambio del modelo neoliberal de mercado por el nuevo MESCP.
En este contexto adverso de precios internacionales, que se observó desde mediados del año 2008, se tuvo que desenvolver la política fiscal boliviana que a continuación analizaremos.
A pesar de esta crisis persistente, que tiene visos de ser una de carácter estructural del Sistema capitalista, Bolivia tuvo un crecimiento económico importante, mostrando nítidamente las virtudes y potencialidades del nuevo MESCP, que tiene como factor clave a la demanda interna que impulsó el crecimiento productivo de la economía y que tuvo en la inversión pública su principal instrumento de política económica.
Como todos los países de la región, Bolivia tuvo buenos ingresos por exportación de materias primas pro un lado debido a los niveles favorables de los precios internacionales, pero por el otro, más importante aún, por el aumento de la producción como se señaló líneas arriba. Sin embargo, es importante subrayar que estos precios internacionales empezaron a incrementarse desde el año 2003, es decir que esta mejora de precios favoreció también a los últimos gobiernos neoliberales y comenzaron a descender con la crisis del 250 2008 en Estados Unidos y con una marcada tendencia a la baja desde el año 2011.
Es importante mencionar que el nuevo modelo económico aplicado desde 2006 en lo económico tuvo tres objetivos centrales:
ii) Crecimiento sostenido
ii) Redistribución del ingreso. Es decir que este crecimiento y estabilidad contribuya a lograr una mayor equidad social, esto es, redistribuir el ingreso a favor de la mayoría de la población
El crecimiento sostenido, de acuerdo al nuevo modelo económico y al Plan Nacional de Desarrollo de 2007, significa que se cumplan cuatro condiciones:
i) Que el Sector Generador de Excedente Económico (SGEE) efectivamente genere nuevo y mayor excedente económico;
ii) Que una parte del excedente se reinvierta en estos sectores y otra parte sea transferido al Sector Generador de Empleo e Ingreso (SGEI) y a la resolución de los problemas sociales;
iii) Que el SGEI invierta los excedentes, para que se aumente la producción y se
genere nuevo excedente económico; y
iv) Que el Estado utilice parte de estos excedentes económicos para programas sociales que mejoren la distribución del ingreso, generen nueva demanda interna y aumenten la inversión.
El Estado Plurinacional de Bolivia alcanzó, en los últimos nueve años, altas tasas de crecimiento del producto que muestra de manera objetiva su capacidad para lograr una expansión sostenida de la producción, pese a la disminución de los precios internacionales de los principales productos de exportación bolivianos. Este hecho es muy importante porque siete de los nueve años fueron de crisis estructural de la economía mundial, lo que implicó que el impulso externo no sea pleno y ratifique el poder de la demanda interna que impulsó el nuevo modelo.
Esta sostenibilidad está basada en el hecho de que no sólo crecen los sectores extractivos sino que también crecen de manera importante los otros sectores económicos, como ser la industria manufacturera, la construcción, etc.
Estos resultados se obtienen de las medidas de política económica tomadas a partir del 2006 donde uno de los aspectos más importantes fue la unificación de las políticas fiscales, monetaria, cambiaria y otras hacia los objetivos fundamentales del nuevo MESCP y el PND de 2007, en los que establece un equilibrio entre las políticas sociales necesarias y la suficiente estabilidad económica y financiera como condiciones para alcanzar responsablemente los objetivos del modelo y del Plan. Es decir, se concibe la estabilidad macroeconómica como medio y no como fin en sí mismo, precautelando este importantisimo patrimonio social pero avanzando hacia una mayor igualdad económica y social
entre los bolivianos.
De esta manera, uno de los logros más destacados desde la gestión 2006 fue la mejora en las cuentas fiscales resultado de la generación de nuevos y mayores ingresos genuinos para el Estado boliviano, principalmente gracias a la recuperación de nuestros hidrocarburos que junto a las políticas de austeridad generaron, a partir del 2006 históricos superávits fiscales.
Se establecieron políticas de incremento de los ingresos y una optimización del gasto fiscal. Por otra parte, se aplicó una política de austeridad en el gasto público corriente, acompañada de una transparente gestión pública, se priorizó la inversión pública, se focalizaron las transferencias estatales en segmentos menos favorecidos de la población, se mejoró sustancialmente la eficiencia tributaria y se implantó una política de gestión del endeudamiento público muy responsable.
A pesar de la crisis internacional, la menor vulnerabilidad fiscal facilitó el espacio suficiente para la implementación de una política fiscal contracíclica, que contribuyó a la estabilidad macroeconómica y al crecimiento.
Fue independiente la preservación de la estabilidad macroeconomica del país, tal como lo establecia la propuesta del programa de gobierno del MAS-IPSP de 2005. Esta tarea Fue indispensable la preservación de la estabilidad macroeconómica del país, tal como que fue suscrito por un anterior gobierno neoliberal. A partir de entonces el Ministerio se inició cuando concluyó el programa "Stand By" con el FMI, el 31 de marzo de 2006, de Hacienda (hoy Ministerio de Economía y Finanzas Públicas) ejecutó un Programa Fiscal-Financiero soberano, sin influencia de ningún organismo internacional y que es acordado entre el Ministerio y el Banco Central de Bolivia.
Las políticas de ingresos fiscales se centraron en ampliar la base tributaria y apoyar las políticas que incrementen los ingresos del sector público, donde se destacan:
a) La incorporación del servicio de transporte interdepartamental al Régimen General de Tributación.
b) La modificación de la implementación del Impuesto a las Transacciones Financieras (ITF) que fija una alícuota del 0,15% que es inferior al 0,25% vigente en el período de julio de 2005 hasta junio de 2006. El objetivo de esta medida es incentivar el mayor uso de moneda nacional y generar ingresos al TGN para lo cual se excluyen del pago del mismo a todas las transacciones en bolivianos, los depósitos en caja de ahorro en dólares estadounidenses por montos menores o iguales a 2.000 dólares y los depósitos a plazo fijo, en dólares, mayores a 360 días. Esta medida que también tenía el objetivo de incentivar la bolivianización, se diferencia del inicial ITF que se aplicó en los gobiernos neoliberales, porque en esa ocasión sólo tenía un objetivo de recaudación para enfrentar los persisten- tes déficits fiscales que esos gobiernos enfrentaban y por tanto gravaban tanto a las transacciones en bolivianos como a las efectuadas en moneda nacional. En cambio, la modificación implantada en 2006, sólo gravaba a las operaciones en moneda extranjera.
c) Incremento de la eficiencia recaudatoria a través de la suscripción de convenios de Gestión por Resultados con el Servicio de Impuestos Nacionales (SIN) y la Aduana Nacional (AN) para el cumplimiento y mejoramiento de las metas de recaudación de impuestos internos y de importación, además de los objetivos institucionales.