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martes, 30 de mayo de 2023

El Modelo Económico Social Comunitario Productivo - Características - El diagnóstico - Crisis de políticas macroeconómicas

 La "Gran Depresión" de 1929 dio lugar al nacimiento de la macroeconomía y John Maynard Keynes estableció un paradigma donde la aplicación de políticas monetarias y fiscales eran los medios idóneos para lograr que la producción y el empleo convergieran hacia el ingreso potencial de la economía.

Los economistas keynesianos lograron un prestigio por su alta capacidad de administrar politicas de demanda agregada entre la década de los años 40 hasta mediados de los años 60, así como también el logro de menores niveles de desempleo con aumentos de la tasa de inflación; sin embargo, a inicios de los años 70, la escuela monetarista liderada por Milton Friedman (monetaristas tipo I) puso en entredicho tanto la capacidad de administrar la demanda agregada como la posibilidad de explotar un "trade off" entre inflación y desempleo.

Versiones más extremas basadas en la hipótesis de expectativas racionales, liderados por Robert Lucas y Thomas Sargent (monetaristas tipo II), propusieron que todas las políticas económicas eran inefectivas en el corto plazo y no había espacio para que el Estado  pudiese alterar el nivel de producción y empleo, por contar a los agentes económicos con una extraña habilidad de ser omniscientes o tener previsión perfecta, de manera tal que no podían ser sorprendidos por las políticas económicas, salvo si su actuación fuese inesperada por el público.

En los primeros años de la década de los 80, el monetarismo I y II degeneró en un "monetarismo bastardo" conocido como "economía de la oferta que proponía fundamentalmente: la reducción del Estado a su mínima expresión, dando paso a la privatización de las empresas públicas y a una menor carga tributaria que incentivarían el empleo y la producción; y la desregulación de los mercados, principalmente el financiero, el externo y el de trabajo. Lamentablemente la aplicación de estas ideas llevó a los Estados Unidos y al Reino Unido a tener unas finanzas públicas deterioradas, sin haber logrado aumentar el empleo y la producción.

El monetarismo tipo II retomó el liderazgo en el enfoque en que los precios flexibles permitían que los mercados se equilibren y logren una asignación óptima de los recursos en el sistema económico. La participación del Estado solamente podría empeorar la situación. Sin embargo, a mediados de los 80 surgía la escuela neokeynesiana, un nuevo enfoque donde, si bien los agentes eran plenamente racionales, existían rigideces de precios y/o salarios y dichas rigideces constituían respuestas óptimas, por parte de dichos agentes, y permitían à un espacio para la aplicación de las políticas económicas.

Como era de esperarse, el debate de mediados de la década de los 80 y toda la década de los 90, fue muy intenso, hasta que en el año 2006 el "establishment" de los economistas de los países desarrollados, la economía convencional, consideró que se había encontrado un gran consenso entre "nuevos keynesianos" y "nuevos clásicos". El consenso consistía en que se aceptaba que pudieran convivir ciertas rigidices de precios en ciertos mercados con flexibilidad plena en otros, se denominó a dicho consenso "Nueva Síntesis Neoclásica".

El desarrollo de estos nuevos modelos llevó a los macroeconomistas a afirmar que conocían de manera acabada el funcionamiento de los ciclos económicos y, por lo tanto, podían definir las acciones necesarias para moderar cualquier desviación peligrosa vía políticas fiscales o monetarias, lo concebían como un tema secundario y de fácil implementación, de tal manera que administrar las fluctuaciones económicas era una cuestión trivial, por lo que los esfuerzos deberían dirigirse a entender y analizar, con mayor precisión, los problemas referidos al crecimiento económico y la productividad global de la economía.

Dicho consenso fue de beneplácito y aceptación por economistas de prestigio como Olivier Blanchard, Ben Bernanke y Robert Lucas entre otros. Ese consenso fue conocido como “La gran moderación", una situación en la que el ciclo económico estaba plenamente domesticado y un desajuste de corto plazo no pasaba de ser un pequeño problema molestoso pero fácil de controlar y el largo plazo era el horizonte de análisis relevante para la macroeconomía; sin embargo, una gran crisis macroeconómica producto del terremoto financiero de 2008 estaba en ciernes.

El anuncio de la catástrofe que se avizoraba lo hizo el economista Nouriel Roubini a fines de 2006, quien explicó, en una conferencia en el FMI, que la burbuja financiera causada por estos valores estructurados (CDOs(19)) no soportaría el desplome inmobiliario en todo los EE.UU. y que varios bancos de inversión, como bancos comerciales, quedarían sumidos en una quiebra inminente. Varios de los asistentes a dicha conferencia soltaron ruidosas carcajadas, porque era inimaginable lo que profetizaba Roubini o "Dr. Catástrofe" como es conocido actualmente.

La predicción que lanzara Roubini en 2006 se materializó a mediados de 2008 y la catástrofe profetizada se hizo realidad, el sistema financiero entraba en una tremenda implosión, las actividades económicas se paralizaban día a día en varios Estados, el desempleo à por doquier, la "Gran Contracción" había llegado y el terremoto financiero aumentaba generaba sus réplicas en toda Europa, Japón, los países denominados BRICs(20), y las economías emergentes sufrían los efectos de la globalización financiera.

19 Collateralized Debt Obligations - Obligaciones de deuda con garantía colateral.

Las autoridades económicas norteamericanas aplicaron, a finales de 2008, una serie de medidas como estatizar las mayores instituciones de hipotecas en los EE.UU., estatizar una compañía de seguros, inyectar a los bancos de inversión paquetes de rescate por más de Sus 700 mil millones, aplicar estímulos fiscales como recortes de impuestos y el aumento del seguro de desempleo.

Por el lado monetario, la Reserva Federal de los Estados Unidos, su banco central a la cabeza de su entonces presidente Ben Bernanke, aplicó los famosos paquetes denominados "facilitación cuantitativa" que inundó con liquidez los mercados financieros con el fin de reducir la tasa de interés de referencia y estimular la demanda agregada de consumo e inversión, así como también las exportaciones vía la devaluación del dólar, que implícita- mente generó dicha medida.

Bernanke fue demasiado optimista por las medidas implementadas y señaló de manera efusiva, a inicios de 2009, que el mal momento pronto terminaría y la economía volvería a disfrutar de un verano económico. Bernanke fue nominado por New York Times como el personaje del año 2009; sin embargo, el verano esperado jamás llegó. Otros economistas eran más pesimistas, como Blanchard quien afirmó que la recesión tendría una duración de 10 años.

Como consecuencia de la crisis económica norteamericana y el contagio a varios otros países, el desempleo se hizo una característica permanente en la mayoría de las economías del mundo.

20 BRIC por el grupo conformado por Brasil, Rusia, India y China.
Economías avanzadas

La Zona del Euro tras aplicar una serie de medidas paliativas contra la crisis, desnudó un problema fatal escondido ya por varios años, el elevado endeudamiento de los países desarrollados. Así por ejemplo, Grecia gatilló con altos niveles de endeudamiento insos- tenibles e indisciplina fiscal inquietante, situación que arrastró a otros países miembros de la Zona Euro y generaron un cuestionamiento sobre la viabilidad y sobrevivencia del euro como moneda, el panorama de recesión se tornaba en depresión con elevados niveles de desempleo no vistos en más de 40 años.

En el gráfico a continuación se muestran los ratios de endeudamiento respecto al PIB de varias economías avanzadas, donde destacan Japón, Grecia e Italia.

economias avanzadas

Por su parte, Japón y las economías emergentes también se sumían en un escenario de desempleo y aguda desaceleración. La economía mundial ingresaba a una era de medidas de política económica tradicionales estériles que no lograron revertir de manera efectiva el curso de la depresión. 

Así, en la siguiente ilustración se exponen las tasas de variación del PIB real para las economías más importantes del mundo, donde se evidencia una "Gran Contracción y modesta recuperación posterior, que sitúan a estas economías muy lejos de su máximo potencial observado en el pasado.
economias avanzadas y emergentes 1


Una de las mayores enseñanzas de esta última crisis, que todavía viven los países desarrollados, tiene que ver con los paradigmas de política económica aceptados. Los países, en su afán de salir de esta crisis, aplicaron medidas de política económica de todas las corrientes teóricas que en su momento tuvieron aceptación, pero quedó que esas claro mismas políticas no podían resolver la profundidad y las nuevas características de esta nueva crisis del sistema capitalista.

El FMI siguió recetando a los países europeos en problemas, las mismas recomendaciones que había tejido para los países latinoamericanos después de la crisis de la deuda externa en los años ochenta y noventa del siglo pasado, y que por experiencia sabemos que no tuvieron los resultados esperados y que por el contrario ahondaron aún más los problemas socioeconómicos en la región. Inclusive, se sabe que en varios centros académicos de prestigio hubo conductas inusuales de los estudiantes frente a sus docentes que continuaban enseñando la ciencia económica que recetaba las políticas económicas que
hoy no tienen efecto alguno sobre la crisis.

En este sentido, la academia de los países avanzados se encuentra sin lograr concebir un nuevo paradigma de política económica que resuelva el problema de la crisis macroeconómica actual y que oxigene al senil sistema capitalista.




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