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lunes, 1 de septiembre de 2014

¿Limitar la capacidad presupuestaria del Parlamento?

Cuando comenzaron a aumentar los déficit en la década de 1980. muchas personas, especialmente conservadoras, sostenían que el Congreso de Estados Unidos carece del autocontrol necesario para impedir un gasto excesivo y un aumento de la deuda pública. En respuesta, el Congreso aprobó la ley Gramm-Rudman en 1985. que obligaba a reducir el déficit presupuestario en una determinada cantidad todos los años y ponía 1991 como fecha límite para equilibrar el presupuesto. Si el Congreso no era capaz de cumplir el objetivo, debían recortarse automáticamente todos los gastos.
Los resultados se quedaron muy lejos del mandato del Congreso. La ley Gramm-Rudman entró en vigor a finales de 1985. pero no se cumplieron los ambiciosos objetivos marcados en ella. Se enmendó en 1987, y en 1990 se sustituyeron los objetivos por limitaciones del gasto cuando los controles de los déficit resultaron inviables e ineficaces. Estas limitaciones se incorporaron a la Budget Act de 1993 v restringieron rigurosamente el crecimiento de los programas de gasto (que comprenden la defensa y los programas civiles no asistenciales, como la educación, las ciencias y la administración pública). La Budget Act de 1993 exige que los programas discrecionales disminuyan casi un cuarto en términos reales en el período 1993-1998. El otro cambio importante introducido en las enmiendas de 1990 e incluido en la ley de 1993 es una disposición sobre la financiación de los programas, según la cual el Congreso debe encontrar los ingresos necesarios para pagar cualquier programa de gasto. De lo contrario, se impondrán recortes automáticos del gasto para contrarrestar el aumento del déficit.

La disposición según la cual todos los programas deben tener claramente especificada su forma de financiación impone una restricción presupuestaria al Congreso, al exigirle que los costes de los nuevos programas se reconozcan explícitamente bien subiendo los impuestos, bien reduciendo los gastos en otras áreas

¿Qué efectos han producido las restricciones presupuestarias impuestas al Congreso? Hemos visto que una disminución del cociente entre el déficit federal estructural y el PIB. Pero cualquier ley que apruebe el Congreso puede ser modificada por ésle, por lo que el futuro de esta disciplina autoimpuesta es incierto. Por ese motivo, los conservadores han hecho campaña en los últimos diez años en favor de la introducción de una enmienda constitucional que exija un presupuesto equilibrado. Ese tipo de enmienda, si fuera aprobado por el Congreso y por un número suficiente de estados. dificultaría extraordinariamente la utilización de la política fiscal para luchar contra las recesiones. Desde 1980 se ha intentado en tres ocasiones limitar constitueionalmente el gasto deficitario y se ha fracasado.

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