Conseguir un alto y creciente nivel de vida para los residentes de un país es uno de los objetivos fundamentales de la política macroeconómica. Dado que el nivel actual de
renta real refleja la evolución del crecimiento de la productividad, podemos medir el éxito relativo del crecimiento pasado examinando el P1B per cápita de diferentes países. El Cuadro 33-5 muestra una breve lista. Este cuadro
compara las rentas utilizando los tipos de cambio basados
en la paridad del poder adquisitivo que miden el poder adquisitivo de (la cantidad de bienes y servicios que se pueden comprar con) las diferentes monedas nacionales. Evidentemente, el crecimiento de Estados Unidos ha sido
satisfactorio en el pasado, pero las tendencias actuales son
preocupantes porque las tasas de crecimiento son bajas y
los niveles de vida de muchos norteamericanos han disminuido, de hecho, en los últimos años.
Cuando se analizan las tasas de crecimiento, muchas
veces parece que las cifras son diminutas. Una ambiciosa
política en pro de la inversión y de la innovación sólo podría elevar la tasa de crecimiento de un país un punto porcentual al año (por ejemplo, de 1 a 2 por ciento al año).
Pero esa diferencia es importante cuando se trata de un
largo período. El Cuadro 33-6 muestra que las diminutas
bellotas se convierten en poderosos robles cuando las pequeñas diferencias entre las tasas de crecimiento se acumulan con el paso del tiempo siguiendo las reglas del interés compuesto. Una diferencia de crecimiento del 4 por
ciento da lugar a una diferencia de 50 a 1 entre los niveles
de renta a lo largo de un siglo.
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