Examinemos más detenidamente el efecto de un cambio de la combinación de medidas fiscales y monetarias: una reducción del déficit
presupuestario federal de 1(X).0()0 millones de dólares junto con un aumento del crecimiento monetario que contrarreste exactamente el aumento potencial del desempleo.
En otras palabras, esta combinación cambia la mezcla de
medidas pero no altera la demanda agregada. Es similar al
conjunto de medidas de Clinton aprobadas en 1993 para reducir el déficit junto con el supuesto de que la Reserva
Federal estimulará la economía lo suficiente para contrarrestar la rémora derivada de la subida de los impuestos y
la reducción del gasto público.
Podemos estimar el efecto utilizando un modelo económico cuantitativo, como el modelo a largo plazo de Estados
Unidos de DRI. El Cuadro 33-2 muestra los resultados de
este experimento. Se observan dos interesantes rasgos: en
primer lugar, la simulación indica que un cambio de la
combinación de medidas fiscales y monetarias alteraría,
de hecho, la composición del PIB real. Aunque el déficit
disminuye en 100.000 millones de dólares, la inversión
empresarial aumenta en 30.000 millones. La inversión en
vivienda también aumenta al bajar los tipos de interés. Al
mismo tiempo, disminuye el consumo personal, liberando
recursos para la inversión. Esta simulación tiende a reforzar
la idea de que la reducción del déficit presupuestario puede
ser beneficiosa para la inversión.
Sin embargo, la simulación también muestra otro sorprendente rasgo: las exportaciones netas aumentan mucho
más que el gasto en vivienda o la inversión empresarial en
capital fijo, debido a que cuando bajan los tipos de interés, el
dólar se aprecia significativamente, lo que fomenta las exportaciones de Estados Unidos y reduce sus incentivos para
importar. Aunque este resultado es claramente sensible a la
reacción de los mercados financieros y de los tipos de cambio al conjunto de medidas para reducir el déficit, sugiere
que algunos de los populares análisis del efecto de ese conjunto de medidas pueden ser engañosos. Muchos analistas
han afirmado que un conjunto de medidas para reducir el déficit influiría significativamente en la inversión empresarial
interior y en la productividad. Sin embargo, en la medida en
que la reducción de los déficit fomente principalmente las
exportaciones netas y la inversión, es probable que el crecimiento de la productividad aumente relativamente poco.
Por consiguiente, la reducción del déficit, aun cuando se
combine con unos bajos tipos de interés, sólo mejorará levemente los resultados económicos en los próximos años.
Según el modelo DRI, la reducción del déficit presupuestario en 100.000 millones elevará la tasa de crecimiento de la
producción potencial de 2,3 por ciento al año a 2,6 en un
período de 10 años. Tal vez eso explique en parte por qué es
tan difícil aunar las voluntades políticas para reducir el déficit dado que los resultados inmediatos son tan pequeños.
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