Pero actualmente el mayor impedimento de todos para
la política fiscal es simplemente la enorme magnitud del déficit federal. Al ser tan alto el déficit estructural, los legisladores se muestran reacios a aumentar el gasto y bajar los impuestos incluso cuando es alto el desempleo. Y la renuencia
natural a elevar el déficit se ve reforzada por las limitaciones
presupuestarias del Congreso que analizamos más adelante.
La política fiscal ya no es un instrumento importante de la política de estabilización en Estados
Unidos. En un futuro previsible, la estabilización
correrá a cargo de la política monetaria de la Reserva Federal.
Eficacia de la política monetaria. La política monetaria actúa mucho más indirectamente en la economía que
la política fiscal. Mientras que una política fiscal expansiva
pone más dinero en manos de los consumidores y de las
empresas, la política monetaria afecta al gasto alterando los
tipos de interés, a las condiciones crediticias, a los tipos de
cambio y a los precios de los activos. Durante una gran
parte del período posterior a la Segunda Guerra Mundial, algunos keynesianos se mostraron tan escépticos respecto a
la eficacia de la política monetaria como entusiasmados estaban con el nuevo instrumento de la política fiscal. Pero en
las dos últimas décadas la Reserva Federal ha adoptado un
papel más activo y ha demostrado ser bastante capaz de
frenar y acelerar la economía.
La Reserva Federal está mucho mejor situada para dirigir la política de estabilización que los responsables de la
política fiscal. Sus economistas profesionales pueden reconocer las variaciones cíclicas tan bien como cualquiera.
Y pueden actuar rápidamente cuando es necesario. Por
ejemplo, el 28 de enero de 1994 el Departamento de Comercio anunció que la economía estaba creciendo sorprendentemente de prisa a finales de 1993; sólo una semana
más tarde, el Fed intervino para frenar la expansión subiendo los tipos de interés por primera vez en cinco años.
Este episodio contrasta claramente con el retraso de más de
un año con que se endureció la política fiscal durante la
guerra de Vietnam. Un ingrediente clave de la política del
Fed es su independencia, y el Fed ha demostrado que puede soportar las quejas que conlleva tomar decisiones políticamente impopulares cuando son necesarias para frenar la
inflación. Y lo que es más importante, como hemos señalado antes, es que desde el punto de vista de la gestión de
la demanda, la política monetaria puede hacer o deshacer
cualquier cosa que pueda lograr la política fiscal.
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