La Ley de Liberación de Instituciones de Depósito y la Ley del Control
Monetario de 1980 tuvieron el muy deseable efecto de incrementar la competencia entre las instituciones financieras, lo cual benefició tanto a los ahorradores como a los prestatarios, y también disminuyó el declive de los bancos
de los Estados Unidos en los mercados mundiales. Sin embargo, dicha ley tuvo
varias y serias limitaciones, y en aquella época se estaba escribiendo este texto
(primavera de 1992). El Congreso y la administración Bush se estaban aproximando a un acuerdo-con relación a algunos cambios importantes en la ley. A
continuación se presenta un resumen:
- En la Ley de 1980, el Congreso tuvo razón en liberar a las instituciones y en darles libertad para hacer préstamos e inversiones en mercados que iban más allá de sus mercados tradicionales. Sin embargo, el Congreso se equivocó al permitir a las instituciones de ahorros y de prestamos invertir los depósitos garantizados en negocios riesgosos. Esto alentó a los administradores de las instituciones de ahorros y de préstamos hacia la concesión de préstamos ampliamente especulativos los cuales, cuando funcionaban, volvían ricas a las instituciones de ahorros y de préstamos pero, cuando no funcionaban, ocasionaban al programa federal de seguros pérdidas enormes. Esta situación fue un poco parecida al hecho de invitar a alguien a jugar al poker con el dinero de uno mismo, donde el jugador cuenta con quedarse con las ganancias pero usted se atiene a absorber las pérdidas. El fracaso de las instituciones de ahorros y de préstamos, el cual tendrá que ser pagado por los contribuyentes durante muchos años, es un resultado directo de este aspecto de la ley de 1980. Por lo tanto, una característica de la legislación será el corregir este problema. Se permitirá que las instituciones financieras compitan en un amplio espectro de mercados, pero se impondrán nuevas restricciones sobre el uso del capital que se obtenga bajo la forma de depósitos asegurados.
- En la actualidad, no se permite que los bancos pongan sucursales más allá de las fronteras de sus estados, excepto bajo condiciones altamente restrictivas. Esto limita el tamaño y el alcance de los bancos de los Estados Unidos vis-á-vis sus competidores globales, y también impide el flujo libre de capital dentro de los Estados Unidos. La nueva legislación probablemente proporcionará a los bancos y a las demás instituciones financieras establecidas a lo largo de la nación diversas facultades para el establecimiento de sucursales, y ello dará lugar a bancos nacionales de mayor tamaño.
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