La fuente más importante de presión en favor
de los aranceles protectores proviene de poderosos grupos de intereses especiales. Tanto las empresas cormHos
trabajadores saben muy bien que un arancel sobre sus productos les ayuda, cualesquiera que sean sus consecuencias para la producción y el consumo. Adam Sinirh lo comprendió muy bien cuando escribió:
Esperar libertad de comercio es tan absurdo como esperar la
Utopía. No sólo se oponen irresistiblemente a ella los prejuicios del público, sino, lo que es mucho más invencible, los intereses privados de muchos individuos.
Si el libre comercio es tan beneficioso para el país en su
conjunto, ¿por qué los defensores del proteccionismo continúan teniendo tanta influencia en el Congreso? Los pocos
que se benefician ganan mucho con la protección y, por lo
tanto, dedican mucho dinero a presionar a los políticos. En
cambio, el arancel sobre un producto afecta levemente a los
consumidores, por lo que las pérdidas son pequeñas y están
repartidas y el individuo tiene pocos incentivos para gastar
recursos en expresar sus opiniones sobre cada arancel. Hace
cien años se utilizaba el soborno directo para conseguir los
votos necesarios para que se aprobara una ley arancelaría.
Actualmente, hay en Estados Unidos poderosos comités de
acción política (PAC) financiados por los sindicatos o las
empresas que reúnen abogados y solicitan apoyo para los
aranceles o los contingentes sobre los textiles, la madera, los
automóviles, el acero, el azúcar v otros bienes.
Si los votos políticos estuvieran en proporción exacta al
beneficio económico total, iodos los países abolirían la
mayoría de los aranceles. Pero los dólares de intereses
económicos no siempre tienen una representación proporcional. Es mucho más difícil organizar a las masas de con
sumidores y productores para que clamen en favor de las
ventajas del libre comercio que organizar a unas poras
compañías o sindicatos para que hagan propaganda m con
tra del «trabajo mexicano barato» o «de la compcunna M
ponesa desleal». En todos los países, los im un-ibUs mr
migos del libre comercio son los inferí Mpetfl ih la
empresas y los trabajadores protegidos
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