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martes, 16 de diciembre de 2014

El argumento de la relación de intercambio o el «arancel óptimo».

Un argumento válido para imponer aranceles es que desplazarán la relación de intercambio en favor del país que los imponga y en contra del extranjero. (Recuérdese que la relación de intercambio representa el cociente entre los precios de las exportaciones y los precios de las importaciones.) Este argumento se basa en la idea de que cuando un gran país establece aranceles sobre las importaciones, éstos reducen el precio mundial de sus importaciones, al tiempo que aumentan los precios de sus exportaciones. Al desplazar la relación de intercambio en favor de un país, éste puede exportar menos trigo y aviones para pagar las importaciones de petróleo y automóviles. El conjunto de aranceles que maximiza las rentas reales interiores cíe un país se denomina arancel óptimo.
El argumento de la relación de intercambio data de hace 150 años, se debe al defensor del libre comercio John Stuart Mili y ha sido desempolvado recientemente por los teóricos del comercio. Es el único que sería válido en condiciones de pleno empleo y competencia perfecta. Podemos comprenderlo considerando el sencillo ejemplo del arancel óptimo sobre el petróleo en el caso de un país grande. Un arancel óptimo sobre el petróleo elevaría el precio nacional con respecto al extranjero. Pero como disminuiría su demanda como consecuencia y como constituiría una parte significativa de la demanda mundial de petróleo, el precio mundial de mercado bajaría, por lo que parte del arancel recaería, en realidad, sobre los extranjeros. (Vemos que un país muy pequeño no podría utilizar este argumento, ya que no puede influir en los precios mundiales.) ¿No hemos encontrado entonces un argumento teóricamente seguro en favor de los aranceles? La respuesta sería afirmativa si pudiéramos olvidarnos de que se trata de una política de «empobrecer al vecino» y no tener en cuenta las reacciones de otros países. 
Sin embargo, probablemente éstos reaccionarán. Después de todo, si Estados Unidos impusiera un arancel óptimo de un 30 por ciento sobre sus importaciones, ¿por qué la Unión Europea. Japón y Brasil no iban a imponer un arancel de 30 ó 40 por ciento sobre las suyas? A la larga, como todos los países harían cálculos e impondrían su propio arancel óptimo nacional, el nivel global de aranceles podría ascender a 30 ó 50 por ciento. A la larga, seguramente esa situación no mejoraría ni el bienestar económico mundial ni el individual. Cuando todos los países imponen aranceles óptimos, es probable que disminuya el bienestar económico de todo el mundo, ya que aumentan los obstáculos al libre comercio. Todos se beneficiarían si suprimieran las barreras comerciales.

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