Estos inconvenientes de la política fiscal contrastan notablemente
con las posibilidades de la política monetaria discrecional. Ésta puede modificarse rápidamente; la Reserva Federal es un organismo independiente y no necesita ninguna
ley del Congreso para modificar los tipos de interés y las
condiciones crediticias. Por otra parte, la política monetaria
ha demostrado ser eficaz tanto en la expansión como en la
contracción de la economía. Por estas razones, actualmente en Estados Unidos la mayoría de los economistas prefiere la política monetaria como instrumento principal para
lograr la estabilización a corto plazo. La política fiscal se
utilizaría, según esta opinión, para corregir el equilibrio
entre la inversión y el ahorro del país y quizá para contrarrestar cualquier profunda recesión o gran inflación que
no pudiera resolverse únicamente con la política monetaria.
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