Como el monstruo que surge de las profundidades, parece
que el déficit se tragó los recursos fiscales de Estados Unidos
y aterró ©. la población en los años ochenta y principios de
los noventa. El déficit presupuestario pasó de 40.000 millones de dólares en 1979 a un máximo de 290.000 en 1992.
Aunque ha disminuido algo desde entonces, reducirlo aún
más sigue siendo una de las máximas prioridades económicas del país. Los políticos piden rutinariamente el uso de la
palabra en el Senado o en la Cámara para denunciar el déficit, mientras que los periódicos aprovechan la más mínima
oportunidad para reclamar nuevos recortes presupuestarios.
¿Cómo ha aumentado tanto el déficit presupuestario?
¿Por qué exactamente desagrada tanto a todo el mundo?
Veremos que la preocupación de la opinión pública por
los déficit tiene sólidos fundamentos económicos. La
presencia de un elevado déficit en los períodos de pleno
empleo tiene graves consecuencias, entre las cuales se
encuentran la reducción del ahorro y la inversión nacionales y del crecimiento económico a largo plazo. La Figura 32-1 traza el terreno que exploraremos en esta importante área.
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