La mayoría de los macroeconomistas coincide en que el
efecto-expulsión es un verdadero efecto secundario del
gasto público. Pero existe un debate sobre cuánto disminuye la inversión y qué sectores resultan más afectados.
Efecto-expulsión completo. El caso extremo en el
que el efecto-expulsión es completó es aquel en el que la
reacción monetaria es poderosa. Supongamos que el banco
central determina que cualquier aumento de la producción
sería inflacionista.
En ese caso, sube los tipos de interés lo
suficiente para contrarrestar todo el efecto expansivo de los
programas públicos. En este caso, si el gasto público se incrementa en 50.000 millones de dólares, el banco central
subirá los tipos de interés de tal manera que otros gastos
disminuyan en esa misma cuantía. Se trata de un caso en el
que el efecto-expulsión es del 100 por ciento.
Este caso se muestra en la Figura 32-3, basada en un
gráfico del modelo keynesiano sencillo. La línea de tonomás oscuro C + 1 + G + X muestra la situación existente
antes del incremento del gasto público; el equilibrio se halla en el punto E.
A continuación, el gobierno aprueba un
programa de gasto, incrementando el gasto público en bienes y servicios de GaC. Como consecuencia, tenemos la
nueva línea C + I + G' + X. Si no hubiera ninguna reacción
monetaria, el PIB aumentaría de Q a Q'.
Sin embargo, como consecuencia de la reacción monetaria, suben los tipos de interés y disminuyen la inversión y
las expoliaciones netas. De hecho, en el caso extremo en el
que el efecto-expulsión es total, la reacción es tan poderosa que la nueva línea de gasto se desplaza en sentido descendente a C + í" + G' + X" y el nuevo equilibrio se encuentra en el punto E", que es exactamente el antiguo.
En otras palabras, el endurecimiento de la política monetaria contrarresta exactamente la expansión fiscal.
El
gasto público aumenta la demanda agregada, pero la subida de los tipos de interés provoca una reducción de los
proyectos de capital, una subida de! tipo de cambio del
dólar, una reducción de las exportaciones y un incremento
de las importaciones. Al final, los tipos de interés tienen
que subir lo suficiente para reducir la inversión y las exportaciones netas exactamente en la cuantía del aumento ce
G- Por lo tanto, en el caso extremo de una poderosa repuesta monetaria, un aumento del gasto público expuesta el 100 por ciento de la inversión.
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