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jueves, 27 de noviembre de 2014

Las barreras comerciales - I

Durante siglos, los gobiernos han recurrido a los aranceles y a los contingentes para recaudar ingresos e influir en el desarrollo de determinadas industrias. Desde el siglo xvm —en que el parlamento británico intentó imponer aranceles sobre el té, el azúcar y otras mercancías a sus colonias americanas— la política arancelaria ha sido suelo fértil para las revoluciones y las luchas políticas. Para comprender los efectos económicos de los aranceles y los contingentes, podemos utilizar el análisis de oferta y demanda. En primer lugar, obsérvese que un arancel es un impuesto sobre las importaciones. El Cuadro 35-2 muestra algunos aranceles representativos que existían en los años ochenta en Estados Unidos y en Japón. A título de ejemplo, Estados Unidos tiene actualmente un arancel de «n 2,5 por ciento sobre los automóviles. Si un automóvil extranjero cuesta 10.000S, el precio interior incluido el arancel es de 10.250$. Un contingente es una limitación de la cantidad de importaciones. Estados Unidos tiene contingentes sobre numerosos productos como los cacahuetes, los textiles y el vacuno.
El arancel prohibitivo. 
El caso más fácil de analizar es el arancel prohibitivo, que es aquel que es tan alto que ahoga totalmente los incentivos para importar. Volviendo a la Figura 35-7, ¿qué ocurriría si el arancel sobre el vestido fuera superior a 4S por unidad (es decir, más que la diferencia entre el precio americano sin comercio de K.S y el mundial de 4$)? Este arancel seria prohibitivo y ahogaría todo el comercio de vestido. Cualquier importador que comprara vestido al precio mundial de 4S podría venderlo en América, a lo sumo, por el precio sin comercio de 8$. Pero el arancel que habría de pagar el importador sería superior a la diferencia entre el precio americano y el mundial. Por lo tanto, los aranceles prohibitivos matan todo el comercio.

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