Un contrato de crédito revolvente consiste en una línea formal de crédito
que es usada a menudo por las empresas de gran tamaño. Por ejemplo, en 1992
la Texas Petroleum Company negoció un contrato de crédito revolvente por
$100 millones con un grupo de bancos. Por un periodo de 4 años, los bancos
se comprometieron formalmente a prestarle a la empresa hasta un monto de
$100 millones si los fondos se llegaban a necesitar.
La Texas Petroleum, a su
vez, pagó un honorario anual por disposición de fondos de un cuarto del uno
por ciento del saldo no utilizado del préstamo. Dicho honorario tenía como
finalidad compensar a los bancos por poner los fondos a disposición del
prestatario. De tal forma, si la Texas Petroleum no retirara ninguna parte del
préstamo de $ 100 millones durante un año, aún se le requeriría que pagara un
honorario anual de $250 000, normalmente mediante abonos mensuales de
$20 833-33. Si solicitara en préstamo $50 millones el primer día del contrato,
la porción no utilizada de la línea de crédito disminuiría a $50 millones, y el
honorario anual disminuiría a $125 000.
Como es natural, también se tendrían
que pagar intereses sobre el dinero que la Texas Petroleum realmente solicitara
en préstamo. Como regla general, la tasa de interés sobre las líneas revolventes
de crédito se sostiene como igual a la tasa preferencial, por lo tanto el costo
del préstamo varía con el tiempo a medida que cambian las tasas de interés.7
La tasa de Texas Petroleum se estableció como igual a la tasa preferencial más
0.5 puntos porcentuales.
Obsérvese que un contrato de crédito revolvente es muy similar a una línea
de crédito regular. Sin embargo, incluye una importante característica distintiva: el banco tiene la obligación legal de cumplir con un contrato de crédito
revolvente, y recibirá un honorario por compromiso. Bajo una línea de crédito
típica, no existe ni la obligación legal ni el honorario por compromiso.
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