En las economías desarrolladas, casi toda la sociedad participa con frecuencia en los mercados financieros. Las personas piden y prestan dinero a entidades financieras, por ejemplo, a bancos. De igual modo, las compañías negocian con bancos, pero también recurren a los mercados financieros por medio de otros intermediarios, como por ejemplo los banqueros de inversión (entidades que ayudan a recaudar dinero directamente de otras compañías y de personas), o las compañías de seguros (que prestan las primas de nuestros seguros a otras compañías). Los gobiernos también piden y prestan fondos a personas, a compañías y a instituciones financieras.
Es de gran utilidad tener una visión general de por qué las compañías, las personas y los gobiernos recurren a los mercados financieros. En el apartado anterior, vimos un ejemplo: recurrimos al mercado financiero para poder comprarnos un reproductor de cintas. En aquella transacción, trasladamos parte de nuestros recursos futuros al presente (solicitando un préstamo) para incrementar nuestra satisfacción. Otros agentes económicos de los mercados suelen realizar esa misma clase de transacciones. Los gobiernos, por ejemplo, trasladan regularmente recursos futuros al presente para que aumente el consumo de los ciudadanos. Para ello, solicitan préstamos en los mercados financieros con la promesa de devolverlos con futuros ingresos de efectivo previstos por los propios gobiernos (impuestos, más préstamos, etc.). Uno de los motivos más frecuentes para participar en los mercados financieros es la traslación de recursos futuros al presente para que aumente el consumo actual y, con ello, la satisfacción personal.
Asimismo, a veces las personas, los gobiernos y las compañías se encuentran con más recursos en el presente de los que desean consumir en ese momento. Pueden trasladar los recursos actuales al futuro, poniéndolos a disposición de los mercados financieros. Para ello, pueden prestarlos, comprar acciones ordinarias (en propiedad) de una compañía o realizar muchas otras transacciones diferentes. A cambio de esta entrega de recursos presentes, obtienen la expectativa de incrementar los recursos futuros, por ejemplo, en forma del pago del interés y del capital de los importes prestados, o de dividendos y ganancias de capital sobre las acciones ordinarias adquiridas. Las personas y las instituciones que intervienen en estas transacciones prefieren tener menos recursos presentes y más futuros, y ésa es su motivación para participar en mercados financieros. El dinero que proporcionan a los mercados financieros, por supuesto, es el mismo dinero que pidieron prestado aquellos que desean incrementar su consumo actual trasladando recursos del futuro al presente. Según los recursos de los agentes del mercado y de sus preferencias para consumirlos a lo largo del tiempo, podrán convertirse, en diferentes momentos, en acreedor, deudor o ambos. Estas transacciones financieras vienen motivadas por un deseo de incrementar la satisfacción variando la asignación temporal de los recursos.
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