Los agentes del mercado financiero piden prestado o recaudan dinero de otro modo, y no sólo para cambiar sus patrones de consumo, sino también para realizar inversiones en activos reales. En finanzas, distinguimos entre inversiones financieras (como cuando solicitamos préstamos, los concedemos o adquirimos acciones ordinarias), e inversiones en activos reales (como la construcción de una nueva fábrica o la compra de un equipo utilizado en la producción). En tanto que las inversiones financieras tienen la finalidad de reasignar recursos en el tiempo, la inversión en activos reales, de hecho, puede crear nuevos recursos futuros que no existían anteriormente. La inversión en activos reales es pues, sin duda, una actividad importante. Hasta tal extremo, que muchos economistas consideran que puede ser la actividad más importante para determinar el patrimonio de las personas.
No obstante, a los agentes que tienen ideas para las buenas inversiones les resultaría difícil, o imposible, obtener el dinero necesario para llevarlas a cabo sin la presencia de mercados financieros. Los mercados financieros son el puente entre los que desean renunciar al consumo de recursos en el presente, a fin de incrementar el consumo futuro; y los que necesitan recursos ahora para realizar inversiones en activos reales. Ésta es otra función importante de los mercados financieros.
La provisión de fondos para la inversión en activos reales es importante, pero igual de importante es la información sobre asignaciones que ofrecen los mercados financieros a aquellos interesados en invertir en activos reales. Los mercados financieros pueden ayudar al inversionista a distinguir si una propuesta de inversión en activos reales vale la pena, comparando los rendimientos de la inversión con los disponibles en los usos alternativos de los recursos. Si el mercado financiero no lo hiciera, alguna otra autoridad, por ejemplo, el gobierno, debe hacerlo.
Con frecuencia existen diferencias significativas entre las decisiones que tomaría un gobierno y las que adoptarían los mercados financieros competitivos.
Estos ofrecen otro servicio importante a sus agentes. Podemos denominarlo en términos generales ajuste por riesgo. Todavía no es el momento de ofrecer una definición rigurosa de riesgo en las transacciones financieras, pero su propia intuición sobre el riesgo servirá como definición aceptable, por ahora. Los agentes de los mercados financieros son reacios al riesgo. Esa frase significa que su aversión hacia el riesgo les haría, por ejemplo, elegir la inversión menos arriesgada de dos inversiones, por lo demás, idénticas. Esto no implica que los agentes rechacen las transacciones arriesgadas, sino que el riesgo de una oportunidad comercial afecta al precio que estarán dispuestos a pagar. Los mercados financieros disponen de una gama tan amplia de situaciones de riesgo, que los agentes pueden combinar la petición y la concesión de préstamos, la compra y venta de acciones y otras transacciones para moldear el riesgo de su situación hasta el nivel que más les satisfaga. Las decisiones que toman los agentes al respecto también influirán en la información que ofrecerán los mercados financieros a los posibles inversionistas en activos reales, como se indicaba anteriormente.
En resumen, los mercados financieros permiten a los agentes reasignar recursos en el tiempo, tomar decisiones adecuadas respecto a la realización de inversiones en activos reales, y configurar el nivel de riesgo de sus inversiones. Todos estos servicios son inherentes a las transacciones que los agentes llevan a cabo en esos mercados.
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